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El ex marido de Ana Rosenfeld salió a desmentir la historia que contó la abogada

José Hener, ex marido de Ana Rosenfeld, la desmintió acerca de todo lo que vivieron cuando ella estuvo enferma

Hace poco la abogada dijo en una entrevista a Teleshow que en su momento: “Me habían diagnosticado un año de vida”, y que tras varios desencuentros con su ex pareja, decidió separarse.

Rosenfeld contó que cuando tenía 24 años le dieron un diagnóstico que le cambió todo y que además se sintió sola: “Necesitaba a otro tipo de persona a mi lado. Alguien que, en esa delicada situación, me contuviese de un modo diferente. Si iba a construir una familia, me haría falta un pilar más sólido. Me había dado cuenta de que jamás sería el hombre de mi vida”, soltó.

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“Me metieron en una cama diciéndome que debía agradecer no haber sufrido una fractura espontánea, lo que hubiese sido terrible. Me detectaron un tumor en la cabeza del fémur derecho y los pronósticos eran pesimistas. De hecho hubo radiografías fallidas que indicaban metástasis”, relató sobre el tumor benigno que tenía.

“No llegué a necesitar una prótesis sino que rellenaron con materia ósea de mi propia cadera. No me sentí acompañada. Yo era quien cuidaba de mi pareja y no al revés”, admitió y luego dijo que decidió decírselo a su pareja.

Aparentemente él le dijo que compraría una casa para que se mudaran juntos, pero ella dijo que no: “Yo creo que él nunca entendió el motivo de mi determinación. Jamás terminé de explicarle muy bien la razón. Tal vez se entere al ver esta entrevista”, prosiguió en la nota con Teleshow.

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Al enterarse de estas palabras, José Hener decidió hablar y además se refirió a la relación que duró tres años: “Cuando empezamos a viajar, yo notaba que se caía. Entonces, cuando volvimos a Buenos Aires la llevé con un médico que le hizo una radiografía y el resultado fue que tenía carcomida la cabeza del fémur, y nos dijo que tenía que hacerse una biopsia”, sostuvo.

“Yo busqué al mejor anatomopatólogo de Buenos Aires, que era una eminencia y tenía buenas referencias”, continuó y agregó que 48 horas después del estudio fue a buscar el resultado. El diagnóstico fue que era un cáncer benigno no invasivo” y recomendó curetear el hueso y rellenarlo con su propio hueso de la cadera. “Jamás un cáncer tan maligno se deja sin otros tratamientos postoperatorios como la radiación”, prosiguió Hener.

“El único que se ocupó desde el principio fui yo. Cuando noté que le pasaba algo en la pierna la llevé al mejor profesional. Yo corría de un lado para el otro, desesperado. Dejé todo para ocuparme de ella. La acompañé de punta a punta. Hasta en la rehabilitación, que la hizo un mes después de la operación”, sentenció José Hener argumentando además que dejó el trabajo para ocuparse de la salud de Rosenfeld.