Ayelen Fernández fue testigo del estallido de popularidad del empresario chocolatero, tan solo tenía 23 años cuando conoció a Ricardo Fort en el año 2009. Para entonces todos ignoraban quién era ese hombre fornido que, en una fiesta en Pinamar, surgió sobre la pasarela con música clásica sonando a un volumen ensordecedor. Al ver a Ricardo, Fernández pensó: “¡Guau! ¡¿Qué es esto?! ¡Este hombre tiene que estar en televisión! ¿Qué hago?”.
Ricardo Fort sabía que moriría joven
Ayelén Fernández productora y jefa de prensa de Ricardo Fort reveló varios aspectos, hasta ahora desconocidos del mediático
Luego de un par de meses ya Ricardo Fort y Ayelen Fernández se había convertido en socios. El acuerdo era que Fernández lo hiciera famoso, y Fort ponía el dinero para lograrlo. “Yo no podía con esa energía, con tanto magnetismo: nunca antes lo había visto, ni lo vería después”. Comentó la productora.
Aunque permanecieron juntos solo dos años -2009 y 2010-, la carrera fue meteórica, así lo describe Fernández. “Mientras en general la gente debe pasar muchos años para llegar a tener esa exposición, con él fue todo muy rápido”.
Y Ayelén Fernández detalló otras infidencias del mediático Ricardo Fort: “Cuando empecé a trabajar con él ya nunca más tuve vida: no podía estar sola, siempre tenía que estar acompañándolo. Mi vida empezó a ser con Ricardo, 100%", contó la productora que vive actualmente en Estados Unidos.
Además comentó lo tóxica que se volvió la relación con Ricardo Fort: "No veía a mis amigos ni a mi familia: la única forma de estar con mi gente era en el teatro y los restoranes. Pero Ricardo me miraba: ‘No te vayas. ¿Adónde vas?’. ‘No, bueno... Vino mi papá, quiero ir a cenar’. ‘No. ¡No podés!’. Acto seguido estaban mamá, papá, hermana, y Ricardo sentado en el medio. Él tenía que estar conmigo en todo momento porque si no... ‘Jorge -le decía a mi papá-, es que si Ayelén no está, yo no sé qué hacer o para dónde seguir’. Entonces, yo hablaba con mi familia de temas familiares y Ricardo ahí, escuchando como uno más".
Por último contó como Ricardo Fort le comentó cómo sería su final: Me agarró la mano con su fuerza, me la apretó y me dijo: ‘Es que me voy a morir...’. Y a mí me cambió la cara, me bajó la presión, porque yo estaba acostumbrada a que todo lo que decía Ricardo se cumplía. ‘¡No digas eso!’, le pedí. ‘Sí, porque yo me voy a dormir y siento que salgo de mi cuerpo, y me puedo ver, y después vuelvo’. Hablaba y lloraba. ‘Me salgo, me veo, y vuelvo...’. Y me apretaba la mano: ‘¡Me voy a morir!’".