"Soy adoptado. Lo se desde hace pocos meses. Tenía cincuenta y cinco años cuando me enteré. Toda mi vida pensé que mi vínculo -¿mi necesidad?- con el periodismo tenía que ver con una enfermedad de mi madre, víctima de un tumor cerebral que lesionó su centro del habla: ella no podía hablar. Mamá no podía responder, yo preguntaba. Ahora se que ella no era ella, o sí lo era pero de otro modo, y que mis preguntas intuían un secreto que busqué sin proponérmelo, casi toda mi vida. Si "ellos" no eran ellos, yo ¿era yo?.
La inesperada confesión de Jorge Lanata: "Soy adoptado"
El periodista lo confiesa en la primera página de su nuevo libro. Aquí transcribimos ese texto a modo de anticipo.
La pregunta es idiota. Lo primero que pensé cuando lo supe es que las largas manos de pianista de Bárbara, mi hija mayor, no venían de las manos de mi mamá. Hasta ese momento, en lo que saben miles, cinco o seis personas supieron de mi condición: Sara, Bárbara, Margarita, Andrea, Martín y Patricio. Releo estas líneas y es evidente un tono trágico que no me empeño en darles: ese tono esta noche vive en mí. No se cómo podría ser para ustedes descubrir, en plena madurez, que muchas de sus respuestas se convierten en preguntas: la mayoría de ustedes saben de dónde vienen; yo me pregunto, ahora, cómo hubiera sido..."
Así, sin anestesia, abre su libro el periodista y conductor Jorge Lanata. Sorprende su confesión en las dos primeras palabras de su relato, en la mismísima primera página.