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"Como no huelo nada todavía se me quemó...": Alejandro Fantino contó sobre las secuelas que le dejó el coronavirus

El conductor de Fantino a la Tarde, Alejandro Fantino, reveló que aún no ha recuperado el olfato, quemó una entraña que puso a la parrilla y llenó todo de humo.

Durante una reciente emisión de Fantino a la Tarde, programa de América TV liderado por Alejandro Fantino, hablaron sobre las secuelas que les dejó haberse contagiado con el virus pandémico de coronavirus. Recordemos que tanto el conductor como la panelista, Marcela Tauro, sufrieron con el Covid-19.

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Alejandro Fantino actualizó a sus seguidores de cómo ha seguido de salud

Alejandro Fantino actualizó a sus seguidores de cómo ha seguido de salud

Marcela Tauro se estaba quejando del cansancio que le había dejado la enfermedad: “No se me va, che. Sigue. Persiste. A las 7 de la tarde ya estoy para irme a la cama”, y allí Alejandro Fantino aprovechó para revelar una anécdota personal de las secuelas que le trajo haber sufrido con el coronavirus.

Yo no huelo nada, che. Perdí el olfato por completo y todavía no me volvió Yo no huelo nada, che. Perdí el olfato por completo y todavía no me volvió

Así comentó Alejandro Fantino, a la vista expectante de Marcela Tauro, y el resto de los panelistas: Luis Ventura, Fernanda Carbonell y el doctor Mauricio Dalessandro, además de un invitado que se viene repitiendo seguido desde que explotó la pandemia: Claudio Belocopitt. El presentador de Fantino a la Tarde continuó:

Los otros días me puse a hacer unas carnes a la parrilla en la parrilla eléctrica que tengo en casa, ¿Ustedes saben que como no huelo nada todavía se me quemó una entraña? Los otros días me puse a hacer unas carnes a la parrilla en la parrilla eléctrica que tengo en casa, ¿Ustedes saben que como no huelo nada todavía se me quemó una entraña?

Y ante las reacciones a su comentario, Alejandro Fantino reveló: “es verdad, se me fue el punto, que además no es tan fácil encontrarlo“. Y agregó: “Estaba ahí y de repente dejé de ver. Ni a la lora veía. Nada. Se me había llenado todo de humo. Entonces dije “Pero qué pasa, si no huelo nada extraño”. Y no, se me había quemado la entrañita, pero yo no me daba cuenta porque todavía no recuperé el olfato. Es tremendo“.